Qué es el sueño y qué son los sueños
Escrito por : Colchones Morfeo
Publicado el 08/01/2020
Nuestro primer episodio del podcast Sueña con Morfeo empezamos explicando qué es el sueño y qué son los sueños. Teniendo en cuenta que le dedicamos cerca de un tercio de nuestra vida, debemos darle la importancia que se merece y conocerlo bien. Suscríbete a nuestro canal y acompáñanos en este largo mundo de los sueños.
Índice de Contenido
El ciclo del sueño se divide en 5 fases:
¿Por qué tenemos que dormir?
El sueño a distintas edades
No gusta soñar despiertos.
Qué es el sueño
Podemos dividir nuestro tiempo vital entre la vigilia y el sueño, es decir, entre el tiempo que estamos despiertos de manera consciente, y el tiempo que estamos sumidos en una fase de aparente reposo aunque en realidad, nuestro cerebro y también nuestro cuerpo tienen una gran actividad.
Durante el sueño, no sólo podemos medir una gran actividad eléctrica cerebral sino también cambios fisiológicos como en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria, la temperatura corporal o la secreción hormonal.
El sueño durante la noche tiene dos fases importantes durante las cuales tiene lugar un ciclo de diferentes estados que se repite de cuatro a seis veces y cada uno tiene una duración aproximada de 90 minutos.
El ciclo del sueño se divide en 5 fases:
Fase I: Se trata de una etapa de transición en la que nos adormecemos y tiene una duración de unos 10 minutos.
Fase II: Nuestro cuerpo se va desconectando lentamente, y el ritmo cardíaco se ralentiza. Esta etapa ocupa aproximadamente el 50% del tiempo de sueño. Se conoce como sueño ligero y, sin embargo, es difícil despertarse durante este tiempo. La actividad cerebral varía mucho con momentos de una gran actividad y otros momentos menos intensos.
Fase III: Es una etapa muy breve, unos dos o tres minutos nada más. Esta fase es de transición entre el sueño ligero y el sueño profundo. Es una etapa de relajación profunda en la que se produce la segregación de la hormona del crecimiento, muy importante para reponer el cuerpo en los deportistas.
Fase IV: La cuarta etapa, que tiene una duración del 20% del tiempo de sueño, es la que marcará la calidad de nuestro descanso. El cuerpo se encuentra en uno de sus momentos de menor actividad y es muy difícil despertarse en esta fase. Es la fase de sueño profundo o sueño Delta (por
el nombre de las ondas cerebrales más abundantes).
Fase REM: Esta es la fase del sueño más nombrada y que a todos nos suena porque siempre que se trata el tema del sueño se habla de ella.
Su nombre proviene de las siglas en inglés de "Rapid Eyes Movement", o "movimiento rápido de los ojos". Ocupa el 25% del tiempo de sueño, y es la etapa en la que soñamos. El cuerpo está bloqueado, es decir, no solo relajado, sino que no puede moverse, para evitar que por culpa de los sueños realicemos movimientos involuntarios que puedan lesionarnos.
La actividad cerebral es similar a cuando estamos despiertos o incluso un 20% superior, y en esta fase es cuando el cerebro reorganiza toda la información recibida durante el día. Es decir, esta fase es fundamental para fijar los recuerdos y el aprendizaje.
Una de las curiosidades de esta fase REM es que podemos aprender cosas nuevas durante esta etapa del sueño, ya que es un momento en el que el cuerpo está abierto a la percepción del exterior. Estudios han demostrado que se puede aprender vocabulario de una lengua ajena durante esta fase.
¡Pero no te hagas ilusiones, no aprenderás a hablar un nuevo idioma durmiendo! En realidad lo podemos considerar como almacenaje de nueva información y no tanto aprendizaje.
¿Por qué tenemos que dormir?
Tanto las etapas del sueño no REM como la etapa REM son importantes para nuestro bienestar.
El sueño no REM tiene una función relacionada con la reparación de tejidos y la recuperación de energía. El sueño REM es necesario para los procesos de reparación cerebral y todo lo relacionado con el aprendizaje como hemos comentado antes.
Cuando tienes una situación de especial desgaste físico, aumenta el tiempo de la fase no REM del sueño. En el mismo sentido, los niños que durante sus primeros años de vida están aprendiendo constantemente, tienen una fase REM mucho más larga.
El sueño es tan importante que después de 17 horas despierto, tus reflejos son equivalentes a tener una tasa de alcohol en sangre del 0'05%. Puede parecer poco, pero es un indicador de que el cuerpo necesita dormir porque el rendimiento cognitivo empieza a disminuir.
¿Cuánto debemos dormir? La respuesta a esta pregunta no le va a gustar a mucha gente: 8 horas diarias, aunque esta cifra varía con la edad. Vamos a verlo.
El sueño a distintas edades
Hasta los 24 meses de edad, los niños duermen (o deben dormir) de 14 a 15 horas diarias, y la duración de la fase REM es mayor que en los adultos. Hasta los 5 años de edad, el sueño diario suele ocupar unas 11 horas. A partir
de este momento, la duración de las fases del sueño son similares a las de un adulto. Ahora que ya sabemos lo que es el sueño y lo necesario que es vamos a descubrir Qué son los sueños.
Los sueños están formados en parte por nuestros recuerdos. Son los recuerdos que viajan de una parte a otra de nuestro cerebro antes de ser almacenados (memorizados) o descartados.
Un estudio canadiense determinó que los sueños están compuestos por recuerdos de hasta una semana atrás. Los recuerdos se relacionan entre sí, y cuanto más relacionados están varios elementos, más fácil será para nosotros recordarlos.
Esas relaciones, que son los sueños, nos parecen absurdas, generalmente desde el punto de vista de la vigilia, y, sin embargo, son importantes para nosotros. Acordarse de los sueños
Intentaré dar una respuesta sencilla a la pregunta de por qué a veces nos acordamos de los sueños, o por qué hay personas que se acuerdan de los sueños más que otras. La culpa la tiene una región de nuestro cerebro llamada hipocampo, cuya
desconexión durante el sueño es variable y además se encarga de hacer muchas cosas mientras dormimos.
El caso es que en función de la actividad de esta región del cerebro, nos es más fácil recordar lo que estamos soñando. Parece ser que no recordar los sueños entra dentro de lo esperable porque nuestro hipocampo bien está desconectado u ocupado en otras tareas sin
prestar atención a los sueños. Si quieres recordar los sueños, tienes la opción de ponerte un despertador cada media hora, y si te pilla justo mientras sueñas, el despertar súbito permitirá que lo recuerdes.
Ahora bien, vas a descansar fatal, así que no te lo recomiendo en absoluto.
¿Sabías que al genio de la pintura Dalí se le considera un onironauta? Es decir, un especialista en los sueños lúcidos que él mismo se provocaba durante las siestas.
Sí, se supone que con práctica se puede facilitar tener sueños lúcidos, que son aquellos en los que podemos intervenir de manera consciente.
Alerta durante el sueño. ¿Sabes en qué se parece el sueño de los roedores del nuestro?
Según un estudio del año 2017 de la Universidad de Lausana (Francia), durante la fase REM del sueño, este cambia cada 25 segundos entre un estado de profundidad completa y un estado de alerta en el que el cuerpo está preparado para un despertar repentino.
Siguiendo el ejemplo puesto por los propios científicos, si el gato se sube a la cama durante los 25 segundos de profundidad, no te enteras, pero si se sube durante los 25 segundos siguientes de prealerta, te despiertas. Estas fases durante el sueño REM no invalidan nada de lo anterior, se trata simplemente de un mecanismo evolutivo por el cual el cerebro y el corazón se sincronizan y permiten un despertar repentino ante una amenaza exterior.
¡Qué hubiera sido de nosotros, y de los ratones u otros animales, si estuviéramos indefensos ante los depredadores en tiempos prehistóricos!
¿Sabías que hay animales como los delfines que descansan alternativamente desconectado cada vez una mitad del cerebro? La otra mitad
Pues en las personas ocurre algo parecido cuando dormimos en un sitio nuevo que nos es extraño. Nuestro hemisferio permanece alerta en estos casos. Se trata de nuevo de un rasgo evolutivo para prevenir amenazas durante la noche. Por este motivo, cuando dormimos por primera vez en un hotel, podemos levantarnos con la sensación de no haber descansado correctamente.