Los beneficios de la siesta: Cómo y por qué incluir siestas en tu rutina diaria

Dormir la siesta ayuda a disminuir en un 37% el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La falta de sueño incrementa el cortisol, y un exceso de esta hormona aumenta la intolerancia a la glucosa y a la grasa, debilita el sistema muscular e inmunológico y disminuye los niveles de la hormona del crecimiento, lo que puede provocar diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Un estudio realizado en Estados Unidos demostró que quienes duermen una siesta diaria de entre 45 minutos y una hora tras haber soportado un día de estrés y tensión psicológica ven disminuir su presión arterial y su ritmo cardíaco.

Un estudio de la Universidad de Berkeley asegura que quienes duermen la siesta rinden más por las tardes y aumentan en un diez por ciento su capacidad de aprendizaje. Además, existen numerosos estudios que demuestran que la siesta (incluso de seis minutos) contribuye a mejorar cualquier tarea que suponga recordar listas de palabras o de objetos.

La siesta aumenta la creatividad y estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad. Además, mejora la concentración y reduce la posibilidad de cometer errores en el trabajo.

Dormir la siesta mejora nuestra capacidad para establecer conexiones entre ideas y resolver problemas. Un estudio de la NASA a 747 pilotos demostró que aquellos que dormían una siesta diaria de 26 minutos cometían un 34% menos errores en el trabajo y duplicaban sus niveles de alerta.

La siesta favorece el aprendizaje abstracto o capacidad de detectar el patrón general de una nueva información. Además, otro estudio de Berkeley dice que los individuos que duermen la siesta y pasan por la fase REM aumentan su receptividad ante la expresión facial de felicidad, mientras que quienes no lo hacen manifiestan más ira y miedo.

Es básico encontrar un lugar cómodo, con una temperatura agradable, un ambiente tranquilo, con escaso ruido y poca luz. Lo más adecuado es descansar después de comer, entre las 13 y las 17 horas.

En este artículo doy más recomendaciones para mejorar la calidad de tu sueño

Planifica tu siesta con antelación y será mucho más fácil. Elije una hora durante el día, cuando probablemente necesites recargar las pilas. Ahora, decide dónde dormirás la siesta: en el auto, en tu escritorio o en un lugar cómodo de casa. Por último, escríbelo en tu calendario.

Dormir la siesta es una habilidad que requiere entrenamiento. Pon una alarma para asegurarte de no pasarte de largo. Si practicas todos los días dormir a la misma hora, tu cuerpo incorporará el hábito de asociar esa actividad a un tiempo específico.

Si no logras acostumbrarte a las siestas o prefieres buscar otras opciones de descanso, puedes optar por salir a caminar, hacer ejercicio o meditar. Estas actividades también pueden ayudarte a recargar energías durante el día y mejorar tu bienestar general.

Las siestas son una herramienta valiosa para mejorar nuestra salud, bienestar y rendimiento en el día a día. Incluir siestas en nuestra rutina diaria, ya sean cortas o más largas, puede aportarnos numerosos beneficios físicos y mentales. 

Considera incluir las siestas en tu rutina y disfruta de una vida más saludable y equilibrada.

Fuentes:

📚/ Artículo publicado por Susana Macías en el Nº 117 de la revista 'Salud y Corazón'.

📚/Artículo de la American Heart Association sobre los beneficios de dormir la siesta.

📚/Artículo de BBC News Mundo sobre los beneficios de las siestas cortas y cómo aprender a hacerlas sin despertarnos de mal humor.

Gracias por leer Morfeo Descanso.

Si te ha gustado este articulo, no te olvides de darle❤️ y compartirlo por email o redes sociales con otras personas a las que les pueda gustar.