¿Cómo ha cambiado nuestra forma de dormir con la Pandemia?

La pandemia ha alterado y afectado nuestras rutinas de sueño y ha hecho más evidente que nunca la necesidad de una buena rutina y hábitos de sueño para conseguir un mayor bienestar. El estrés, el miedo, la impotencia, preocupaciones, ansiedad… Muchas emociones a flor de piel nos hicieron vivir momentos difíciles tanto a nivel personal como familiar, se nos puso a prueba a nosotros y a nuestras relaciones, se creó un temor y preocupación por la enfermedad y los seres queridos, la constante permanencia en casa sin poder salir. 

Todo ello, genera un estrés que se va acumulando cada día, provocando cambios drásticos en nuestra alimentación, estado de ánimo y rutinas, incluso en el sueño.

La pandemia provocó claros cambios en las rutinas de sueño y la forma de dormir. La incertidumbre de no saber qué pasará, el miedo, la preocupación por los seres queridos y el permanecer tanto tiempo en casa cambió muchos de nuestros hábitos y rutinas. 

Horarios de comidas y cenas diferentes, cambios en la percepción del tiempo o el paso de este, retrasos a la hora de ir a la cama para dormir, bien por nervios, estrés o falta de sueño. Seguro que muchos nos acostábamos más tarde de lo habitual y no manteníamos un correcto horario de sueño. 

Esto, aunque no lo parezca, afecta a nuestra salud del sueño y bienestar, debemos tener un buen descanso para poder rendir bien y mantener el ánimo al día siguiente.

Los sueños o la forma en qué soñamos viene condicionada muchas veces por nuestro estado de ánimo e influyen los acontecimientos y emociones vividos durante el día. Un estímulo de temor o incertidumbre, así como situaciones de alto grado de estrés, pueden afectar negativamente nuestro descanso y nuestros sueños, con pesadillas.

 Las pesadillas son muy comunes en estados de estrés o de emociones muy fuertes. Los niños son los más vulnerables a ellas dado que reciben nuevos estímulos y emociones día a día. 

La situación de temor y estrés que nos ha generado la pandemia ha propiciado que más personas, tanto niños como adultos, hayan experimentado un aumento de pesadillas en sus sueños.

Las pesadillas, el estrés, la preocupación, el temor… Todas las emociones vividas de forma tan intensa y descontrolada no solo generan una situación de inestabilidad emocional, sino que afecta a la forma de dormir y nuestro adecuado descanso. Cuanto mayor es el grado de estrés y temor, esto puede traducirse en mayor problema a la hora de conciliar el sueño. 

Alargamos la hora de acostarnos y una vez en la cama el sueño no llega, muchos se han sentido identificados con esta situación en algún momento, sin embargo con la pandemia los casos de insomnio aumentaron. 

Una buena rutina de sueño, el mejor equipo para el descanso y un poco de relajación o meditación puede ayudar a relajar la mente y conseguir dormir mejor.

El estar tanto tiempo en casa sin poder salir y viendo únicamente a tu pareja, ha podido ocasionar algún que otro roce normal de la convivencia. Sin embargo, ni la pandemia ha podido contra el poder del amor y las relaciones de pareja se han fortalecido en muchos casos. 

Y es que dormir en pareja, según afirman muchas investigaciones, es más beneficioso para la salud.

El cambio sufrido en nuestra vida con la aparición del Covid 19 marcó un antes y un después en nuestras vidas. Nuestras aficiones, relaciones sociales, estilo de vida, incluso valoraciones cambiaron de forma drástica, generando una situación estresante para todos. 

La casa se nos hacía un mundo, ingeniando mil una cosas para que los niños no se vieran afectados por esta situación, buscando remedios y alternativas para poder dormir por las noches, trabajar desde casa, administrar los cuidados de niños, mascotas o incluso ancianos, cuidado personal y nuestra salud mental, todo se vio afectado por la pandemia. 

La exposición a pantallas (televisores, tablets, teléfonos móviles…) se incrementó considerablemente y el no poder desconectar el trabajo de la vida personal no fue tarea fácil estando en casa. Sin embargo, hemos podido con todo y nos hemos hecho más fuertes.